para llegar a las manos de
sus verdaderos lectores,
personas como mamá, papá,
los abuelos, los
hermanos y las hermanas,
los maestros, los bibliotecarios, los
amigos...
Hay que ayudar a los libros,
porque no tienen pies para salir a
pasear.
En cambio tienen alas,
y te las prestan
mientras tú
lees,
tanto tiempo como desees."
("101 buenas razones para leer" de
Beatriz Masini - Anaya)
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